Un repartido estacionó su vehículo sobre la calle Chacabuco al 400 y escuchó un ruido debajo del chapón que le llamó la atención.
Como el sonido no se detenía, se subió al vehículo y lo corrió unos pocos metros. Al bajarse, en el lugar donde antes estaba el rodado, descubrió una varilla de hierro que subía y bajaba entre dos adoquines.
Su curiosidad evitó un millonario robo de modalidad “boquetera”.
Varias horas después y tras cavar un pozo, policías, bomberos y rescatistas descubrieron un túnel de 220 metros de largo y casi 3,60 de profundidad hecho con la intención de ingresar en la sucursal del Banco Macro.
Los investigadores creen que los delincuentes pretendían entrar en la zona de las cajas de seguridad.
El túnel comenzaba en un galpón tipo depósito situado en Chacabuco al 500 y ya estaba a la altura de la puerta de la sucursal bancaria, en Chacabuco 444.
Se estima que los delincuentes estuvieron un año cavando el túnel que es algo nunca visto, una verdadera ‘obra de ingeniería’.